viernes, mayo 12, 2006

† Cazador, no †

Estaría en el ejercicio, sino pre-sintiera la magia, lo místico y tu halo en el camino, al pisar las hojas crujientes que han tocado suelo por culpa de la primavera.

Estuviese en ese espectro, en el ejercicio, en descubrir nuevos métodos inexplorados, banales, para encontrar la caza, el alimento juvenil del vago corazón, alma y mente.
Estaría atado al fusil con sus cartuchos, conmi armadura de piel y hueso, intimidando, difundiendo ese tentempíe en el recorrido, en el andar.

Estiviese con recelo, de los muros, de los árboles intervelando, en la secuaz acción alimañera de encontrar la caza.

Fuese así, cruel, abatidor, si tu, mi caza, no estuvieses acoplada al cazador frágil, por tu magnitud espiritual.

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