Grís y grumoso, como una pintura china
se pintaba el mar de piel
con los aseveros acentos de mis falanges;
que al cruzar la calle, trama aquella malla expandible
por los itinerantes destinos del acostumbrado amor...
En el momento, circundo el mundo de sueño,
interior en aquel desdibujado;
deambulo en la fria noche,
con la tácita luna...
Y a la hora detallada
añiles tus ojos,
comparten una sonrisa signada
por una llameante alegría
que impregna con ímpetu
mi corazón.
amor