martes, junio 26, 2007

† El acto †


Y que precisamente estés allí saciando la sed de mi ser, y yo la tuya;
viendo brillar el sutil tono de tu piel y que entrelazada en la bruma,
el tibio libido se torne a un habitat canículo,
que de olores y colores intensificados por el gran palpitar de los corazones danzan en tono y son para participar en la cúspide de la entrega de un amor,
de un cariño que recorre de manera emanente todo el rincón de nuestras partículas,
que tejen El Acto.